
Me gusta mucho viajar, en cuánto tengo vacaciones busco donde escaparme. El pasado verano hice una ruta en coche por Croacia y Eslovenia durante 20 días, un road trip muy recomendable en el que disfruté de un entorno natural impresionante.
Me gustaron muchas ciudades y pueblos que visité, y los parques naturales me dejaron con la boca abierta, por no hablar de las aguas turquesas de los ríos y lagos que bañan estas tierras. Pero bueno, no he venido a hablar del viaje, si no de comunicación.
En la ruta, como no, estaba incluida la visita a la capital de Eslovenia, Ljubljana. Una ciudad encantadora, muy manejable por su tamaño, presidida por un castillo en lo alto de una cima. Y precisamente, este castillo, me llamó mucho la atención y no, precisamente, por su valor como museo o centro de interpretación histórica, sino por su estrategia de comunicación o mejor dicho de su tienda.

Estarás de acuerdo conmigo que en la mayoría de tiendas de lugares turísticos siempre encontramos lo mismo, los mismos elementos de merchandising con la forma o el logo del lugar en sí. Pues en el Castillo de Ljubljana no. Me encantó cómo han trabajado todo el branding h y el storytelling. Me gustó tanto, que el último día del viaje fui expresamente a la tienda a comprar unos regalitos, y a llevarme un par de cositas para mi.
Para empezar han trabajado de forma muy acertada el storytelling. Han construido una historia, en este caso con un personaje ficticio, para conectar con los más pequeños y de paso con sus padres, para contar de forma amena y didáctica la historia del castillo. Una antigua estrategia del marketing que sirve para conectar con la parte emocional de la audiencia y atraparla, o lo que es lo mismo, conseguir un buen Engagement. En el caso del castillo de Ljubljana han creado a Friederik, un pequeño ratón que ha vivido siempre en este edificio histórico y por lo tanto, ha estado presente en los acontecimientos más importantes que han sucedido. Friederik se ha convertido en el protagonista de un cuento muy bien ilustrado que sirve para explicar la historia del castillo y de Ljubljana, y que se vende en la shop en varios idiomas. Este fue el regalo que le hicimos al hijo de unos amigos, porque nos enamoró.
Pero aquí no acaba la cosa. Después de construir toda la narración, han decidido que el intrépido ratón sea el centro de todo, una marca que identifique al castillo, el hilo conductor de toda la tienda. La imagen de Friederik se ha desarrollado de forma elegante y muy coherente. Una imagen sencilla, en blanco y negro, que viste toda la shop y todos los elementos de merchandising. El desarrollo del branding es brutal, desde los vinilos y la señalización del local, a los tradicionales llaveros e imanes hasta confituras y aceite… Una identidad visual que le da un peso y una identidad fácilmente identificable, y lo que es más importante, muy atractiva para el visitante del castillo. No tengo datos de las ventas, pero os aseguro que no deben ser nada malos, mientras yo estuve allí, había cola por comprar.
En conclusión, hay que trabajar todas las herramientas de las que dispone la comunicación para conseguir atrapar a tu cliente ideal. Si las haces encajar como un puzzle, los resultados llegarán.
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